La importancia de la actividad física en tiempos de cuarentena
Sabemos que debemos continuar con las medidas de sana distancia, es decir, permanecer en casa para evitar contagios. No obstante,  pese a esta situación, es posible incorporar el ejercicio o la actividad física a nuestra rutina. Es importante notar que también es un período estresante para nuestro cuerpo así que debemos cuidarlo.
Perder los hábitos que nos mantenía en movimiento hizo que, en general, quedarnos en casa se asocie con la idea de permanecer sentados varias horas frente a la tecnología o “tirarse” en la cama, para ver películas o dormir. Sin embargo, realizar actividad física en momentos de crisis es fundamental para evitar el sedentarismo y el deterioro de nuestra salud física y mental.
Los niños en edad preescolar necesitan de la actividad motora para:
-Gastar energía y descansar adecuadamente por las noches.
-Mejorar la inmunidad y las defensas de su cuerpo.
-Aumentar su fuerza y coordinación.
-Desarrollar el esquema corporal (conocimiento de las partes de su cuerpo).
-Desarrollar confianza en sí mismos.
Asimismo, gran parte de su aprendizaje a esta edad se produce por medio del juego, de la expresión corporal y del movimiento como suelen hacerlo cuando están en el gan por medio del programa de ASC. Es por ello que en estos días de aislamiento en casa, los exhortamos a generar oportunidades y espacios para practicar diversas actividades y juegos en familia que también se ajusten a las características personales de los niños, recuerden que no todos tienen los mismos intereses y necesidades. Entre todos, pueden generar una lluvia de ideas sobre las actividades que más les gustaría realizar.
            Aquí algunas sugerencias:
  • Rodar. Los bebés y los niños de 1 a 3 años necesitan rodar, arrastrarse y gatear siempre con la supervisión de un adulto. Se les puede poner retos, por ejemplo que alcancen un peluche o una pelota. Con ello se favorece el que puedan explorar su medio ambiente.
  • Brincar con ambos pies y con un solo pie (“cojito”). Estimula la coordinación y la madurez para el control de esfínteres.
  • Animales. Imitar el sonido y el movimiento de diversos animales. Para los más pequeños (1-3años) se puede jugar con mímica, por ejemplo” te voy a decir un animal en secreto para que lo imites y papá adivine de qué se trata,  ¿estás listo para escucharme?”. Este juego ayuda al reconocimiento de los animales y al juego simbólico.
  • Labores domésticas. Delega unas cuantas, por ejemplo: tender la cama, guardar los trastes, repartir la ropa de cada miembro de la familia para que cada quien se haga responsable de la suya, etc. Esto contribuye al sentido de la responsabilidad y de la autonomía, indispensable para la formación de la autoestima.
  • Circuitos. Implica acomodar objetos a lo largo de un pasillo o del espacio físico que esté disponible como sillas, bancos, vasos de plástico, latas de refresco o botes de leche o lo que tenga con la finalidad de que los brinquen como obstáculos y realicen un zigzag. Es útil para el desarrollo psicomotriz de los más pequeños en relación a las distancias y a los espacios respecto a su cuerpo.
  • ¡Canasta! Diversión para chicos y grandes. Seleccionar y acomodar diferentes botes o cubetas que hagan las veces de canasta a distancias y alturas diferentes que impliquen un reto para que lancen una pelota y hagan canasta. Si juegan varios participantes, cada uno puede utilizar una pelota de un solo color y la final contar quien hizo más canastas en 30 segundos o en un minuto por ejemplo. Esta actividad estimula y favorece la coordinación ojo-mano, importante para la lecto-escritura.
  • Abdominales. Se requiere de un tapete o de la alfombra para estar más cómodos, una canasta, cubeta, caja o contenedor y varios juguetes o peluches. El niño deberá recostarse boca arriba y con tu ayuda si es de los más pequeños, debes colocarle un juguete en medio de ambos pies con la finalidad de que levante las piernas hacia atrás y lo coloque en un contenedor que tendrá detrás de la cabeza. Este juego favorece el control y la coordinación de brazos y piernas.
  •  Yoga. Media hora es suficiente. Esta actividad fomenta el movimiento de todo el cuerpo.
  • Si continúan las clases extraescolares que tus hijos realizaban antes de la cuarentena y tienen la oportunidad de hacerlo online, resulta una buena idea para que estén en contacto con sus amigos, sus profesores y mantengan cierta estructura con el horario por las tardes.
  • Brincar la cuerda. Si no dispones de una cuerda, puedes pegar una línea con una cinta adhesiva para que brinquen de lado a lado y para adelante y para atrás. Esto estimula las nociones espaciales.
  • Lanzar la pelota. Lanzar y atrapar una pelota a diferentes distancias y usando en la medida de lo posible diversas pelotas en cuanto a tamaño, color y textura. Esta actividad también estimula la coordinación ojo-mano.
  • Twister. El clásico juego de “una mano al rojo, un pie al azul”. Este juego propicia la estimulación del sistema cerebelo-vestibular, el seguimiento de instrucciones y el reconocimiento de los colores para los más pequeños.
Las actividades deben ser sencillas pero bien planeadas y estructuradas para que se cumplan los objetivos que se desean. Los niños se adaptan a todo. Este momento de crisis favorece la creatividad, por lo que entre todos pueden incorporar materiales y objetos que se tengan al alcance y se adapten los espacios físicos en casa.  Recuerden que durante un  tiempo la estimulación de los hijos será responsabilidad de los padres, ya que su desarrollo no se detiene.
 Si tienes dudas o requieres apoyo puedes acercarte al área de psicología: diana_cruzandrade@hotmail.com
 
Psic. Diana Cruz.