MOTRICIDAD Y EL DESARROLLO DEL LENGUAJE
Te has preguntado si el lenguaje y la motricidad ¿tienen esa relación tan importante para el desarrollo de los niñ@s?. En efecto, existe un vínculo estrecho entre ambos procesos, sin embargo, vamos por partes para explicar dicha relación. En la evolución de la habilidad motora, existen dos aspectos importantes que se van desarrollando desde el nacimiento e incluso antes. Dichas habilidades hacen referencia a la motricidad fina y a la motricidad gruesa. Es importante que ambas se estimulen y se trabajen de forma adecuada, pues son básicas para el aprendizaje.
            La motricidad fina es la responsable de que nuestros movimientos sean coordinados, armónicos y con alto grado de precisión. Es la encargada de los movimientos “pequeños” que requieren de gran destreza y habilidad, es decir, controla la coordinación de la movilidad de las estructuras del aparato locomotor como los huesos, músculos y nervios para generar movimientos precisos. Por ejemplo, recoger granos de arroz con el dedo índice y pulgar (la conocida pinza manual) es una acción perteneciente a esta habilidad. Un adecuado desarrollo de la motricidad fina en las primeras etapas de la infancia posteriormente facilitará la adquisición de la grafomotricidad.
Tomando en cuenta lo anterior, el desarrollo del habla esta influenciado por la planificación motora, es decir, la capacidad de construir la secuencia de una acción. Por ejemplo, cuando aprendemos un nuevo baile, pensaremos dónde colocar el pie y cómo dar la vuelta. Esta es la etapa de la planificación motora.
            De esta forma, en el momento de pronunciar los sonidos del habla se activan los movimientos de estructuras bucofonatorias que a su vez son muy complejos y precisos. Dichos movimientos requieren de planificación tanto en los bebés y niños pequeños que están aprendiendo a hablar como en adultos que presentan dificultades en el habla. Una vez que se automatizan, se puede decir que se han adquirido. Esto sucede por ejemplo, cuando intentamos articular una palabra para cuya producción la secuencia de movimientos es nueva.
            Entonces, entrenando la motricidad fina mejorará de manera automática los movimientos del habla? No, lo que sucederá es una creación gradual de diferentes modelos de planificación motora a los que podremos acceder con mayor facilidad ante tareas nuevas y tan complejas como son los movimientos comprometidos en la producción de los sonidos del habla. Esto quiere decir que no existe una relación directa entre la motricidad fina y el habla, pues el desarrollo de ambos procesos se produce de forma asincrónica y con cierta individualización de las áreas a nivel de corteza cerebral.
            El desarrollo se realiza a nivel global, por lo tanto, en edades tempranas es importante estimular la motricidad fina, la motricidad gruesa y el área sensorial. La estimulación de estos procesos facilitará la adquisición de una adecuada conciencia del control de diferentes partes del cuerpo incluyendo los órganos articulatorios, la precisión y la ritmicidad del movimiento más no los sonidos del habla como tal.
 
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Psic. Diana Cruz.